lunes, 24 de agosto de 2009

La lista de Schindler

En la película Oscar Schindler un empresario alemán cuyo único objetivo es conseguir los beneficios económico máximos posibles, aprovecha la situación bélica (ocupación de Polonia por las tropas alemanas en 1939) y consiguiente y progresiva aplicación de las ideas de Hitler a grupos étnicos (judíos primero, y eslavos después) se decide a comprar una fábrica en franca decadencia, en esos lares anda cuando conoce al que será su contable, un sensato judío llamado Stern. La película transcurre con la llevada de los judíos a ghettos desproveyéndoles de sus pertenencias y más tarde a campos de concentración, mientras que Oscar Schindler es testigo de todas estar barbaridades. Este, contrata por sabio consejo de Stern a judíos como mano de obra de su fábrica pues de esta manera se le abarataran los costes. En el momento en el que su negocio se encuentra completamente asentado las pragmáticas nazis alcanzan mas dureza y obligan a Oscar a deshacerse de los judíos, Schindler quien ya tiene grandes cantidades de dinero, después de grandes reflexiones decide que va a comprar a los judíos que gozaran de su protección alegando que trabajan para él, es en este momento cuando realiza su famosa lista.



La lista de Schindler es una película que elegí por su historia, más que por su técnica productiva y quizá, para no ser hipócrita, incluso por algo de morbo. Un morbo basado en que, posiblemente, por mi edad, los hechos sucedidos en la II Guerra Mundial me resultan tan lejanos que me llaman la atención incluso con toda su carga de crueldad tiene, como en todas las guerras. También, por cercanía histórica, por el vestuario por lo moderno de las imágenes que presentan cuando
se habla de este conflicto, por la existencia de grupos juveniles que se sienten adscritos a los movimientos políticos sociales que dieron origen al conflicto y por la vigencia de una estética el mismo.

En cuanto al contenido se pueden describir y valorar muchas cosas: entre ellas que el encanto que suponen la ternura y la cruel realidad con la que Steven Spielberg te cuenta la película, integrando al espectador en la temática de una realidad documental de la cual despertará con los créditos del final del film.
Spielberg consigue introducirte plenamente en un momento histórico muy duro sin perder la parte poética del personaje que, al igual que sucedió en la realidad, se jugó el todo por el todo para conseguir salvar la vida de cientos de judíos.

Con la historia de Oscar Schindler, Spielberg nos hace a todos un regalo de humildad y solidaridad, ya que en la figura de este se retratan todas las excelencias del ser humano. Este film nos da un expectativa diferente casi comunista y extremadamente generosa y altruista de a lo que puede llegar el ser humano.
Considero que es una gran producción que va más halla del éxito lacrimógeno que muchos le atribuyen. No obstante creo que la historia es hace hincapié en la parte más emocional que en la histórica, Pero, a grandeza del film esta en el hecho de que haya existido en la realidad alguien como el personaje.

La película hace que el espectador, como ser humano, olvide todos los males que cree que le acechan y por una vez se plantee de manera clara que si viera en esa situación, él, haría lo mismo.
Quizá lo que más fuerza le da es que esta basada en una historia real y el gran presupuesto de producción con que se ha contado.

En cuanto a aspectos formales tiene innumerables técnicas de producción cinematográfica nada extravagantes pero magníficas, que le dan a la película un toque muy intimista (técnicas, probablemente ya inventadas como he ido viendo) y detalles que hacen que el espectador pueda intuir las sensaciones a través de la pantalla como creo que ocurre con la mítica niña del abrigo rojo, ya que al ser toda la película, excepto el principio y el final en blanco y negro, para darle mas rigor histórico, llama la atención del espectador la secuencia de una niña judía que aparece hacia la mitad del largometraje con un abrigo rojo y que, mas adelante, aparecerá muerta siempre con su abrigo rojo, mientras la llevan al
crematorio junto con el resto de judíos carbonizados. Es en este momento de la película donde el espectador siente una clara angustia por la pequeña y por los miles de personas que están muriendo. Probablemente este sea también el momento cinematográfico en el que el personaje, Oscar Schindler, alcance el nirvana del sentimiento solidario y compasivo más profundo.

Me llamó la atención expresamente cómo la propia película te va contrapunteando de un plano a otro las diferentes caras de la moneda; tan pronto estas viendo a un judío asesinado a sangre fría, como a un nazi o al propio Oscar Schindler besando a otras mujeres; o las duchas de gas y de repente un cambio de plano hacia la esvástica. Así mediante una forma sencilla fórmula de diálogo visual incluye al espectador en los dos universos.
Pero como imagen, para mi la mejor y más llamativa de todas ellas es en la que, el personaje de la película, Oscar, está en su despacho hablando con una judía que le pide que le de a sus padres la oportunidad de trabajar para él. En esa escena se le ve reflejado mirando el interior de su fábrica a través de unos cristales y asimismo se refleja en el cristal un fuego que hay abajo, con el cual están trabajando los judíos, justo en el lado del corazón.
El final de la película rematado con Spielberg dejando las flores en la tumba de Schindler hacen de este film un diminuto paraíso en un universo mundano que a veces se olvida de que lo que se cuenta en el film fue la cruda y absoluta realidad.

2 comentarios: