jueves, 3 de septiembre de 2009

Reflexión

Hoy no te voy a comentar sobre ningún programa película, etc., sino sobre el comentario que me mandaste con el ejemplo de la ambulancia, comentando sobre los programas basura de las televisiones, que me ha hecho reflexionar bastante.

Estoy de acuerdo contigo en general, aunque creo que en estos casos se manipula el derecho del público a la información “necesaria”, lo que me preocupa no es ya si la sociedad es proclive a este tipo de información ni su tan manido derecho a ella. Lo que me preocupa es cuando la noticia se convierte en espectáculo. Es decir, siguiendo el ejemplo de la ambulancia, no ya si el público tiene legitimo derecho a mirar y captar la información en su totalidad – como dices – incluso conduciendo la ambulancia, sino que, y siguiendo con el mismo ejemplo, los medios de comunicación (en concreto las televisiones), los que tendrían que cuidar de la pureza de la noticia (que sea ecuánime, veraz, contrastada....etc.), anuncian a bombo y platillo el: “¡Pasen y vean el morbo que les vamos a servir en este programa! ¡Miren como los invitados nos cuentan sus más íntimos y escabrosos detalles de su vida privada!” Y me refiero a TODOS los medios de comunicación porque los que dicen no estar de acuerdo, por ejemplo la prensa, ante estos desmadres, mira para otro lado o incluso hace la crítica diaria o semanal del programa en la sección de TV).

Se que me vas a decir que hay casos en que como en el caso de algunos de los “triunfitos” o los “grandes hermanos” que transcienden del programa que los origina y empiezan a interesar al público en general. Te diría que llevas razón si no hubiera toda una operación de marketing detrás, en los que los propios medios están interesados

Hay como un complot, una doble moral que creo que incumbe a todos aquellos que tienen como profesión LA INFORMACION. Y digo que tienen como profesión por no decir periodistas porque muchos de los que ejercen de informadores no han pasado ni de EGB.

La información es un derecho legítimo de la sociedad; pero convertir la información en espectáculo creo que no está contemplado en ninguna Carta Constitucional como un derecho inalienable de los ciudadanos. Es un “gato por liebre” del derecho de la sociedad a la información. Y siguiendo con tu ejemplo de la ambulancia es como si, una vez que el público está dentro (incluso conduciéndola), los responsables del vehículo montaran un espectáculo para disfrute de los espectadores, viendo como el enfermo sufre, se retuerce de dolor y tiene estertores.

Yo creo que la información tiene su propio ámbito dentro de los medios. Es más es la base de los medios de comunicación pero, en la actualidad ya no es el todo sino una parte.

Es un hecho que, en el momento que los periódicos empezaron a incluir los chistes, historietas, etc., es cuando empezaron a incorporar el espectáculo . No en vano el comienzo de la época de las viñetas da origen al “yellow boy” (prensa amarilla).

La excusa de que la televisión pertenece al show bissnes, al “entertainment” es una sutil mentira para disfrazar los intereses económicos que están detrás de la función periodística.

El publico tiene derecho a mirar la ambulancia, de reojo, de frente o de perfil, incluso entrar y conducirla pero, una vez cumplida la función informante o informativa, ya creo que hay que cerrarla y llevar al enfermo al hospital. Todo lo demás es espectáculo; espectáculo morboso que ni el propio público lo pediría, si se le diera la opción de elegir.

Ahora; siempre hablamos de los “medios” como si estos fueran un ente abstracto que estuvieran en la quinta galaxia.

Los “medios” son el conjunto de profesionales de la información que dan las noticias. Es decir son los periodistas mismos; los “medios” no son in circo, ni una pista de patinaje, ni un teatro, ni un cine, ni siquiera un plató de televisión.

Los medios son los periodistas, los que dan la noticia, eso sí, lo pueden hacer en cualquiera de los recintos citados.

Los medios no son el magnetófono donde se graba la entrevista, ni la cámara que capta la foto o la imagen en movimiento. Eso, a mi entender, son los instrumentos del medio periodístico. El periodista es el medio; el periodista no es ni un payaso,(algunos sí, claro), ni un malabarista, ni un patinador, ni un actor, ni un locutor. El periodista es el que confecciona la información, la dé quien la dé. Y dentro de los medios hay que distinguir el terreno de lo que es espectáculo y lo que es información y, pienso que sí para dar la información es necesario montar el espectáculo pues, vale; siempre que la información no se ve alterada ni manipulada.

Esta es mi reflexión, no sé si estaré en lo cierto pero creo que deberíamos defender nuestro cometido y oponernos a las manipulaciones de las que profesión, que cumple con una función social, se ve sometida.

Ahora, que por mis estudios estoy viendo que la historia del periodismo esta plagada de hechos históricos a favor de su independencia profesional (las luchas contra el MacCartismo, el caso Wathergate, etc), pienso: si se ha luchado contra las presiones de los grupos de poder, contra la Iglesia, contra las dictaduras; si el periodismo ha luchado contra todo eso, porqué no es capaz de luchar contra sí mismo: contra todo aquello que desnaturaliza la función periodística, aunque este dentro de sus propias entrañas. Creo que habría que poner en tela de juicio el ayuntamiento carnal de estas dos palabras: medio-comunicación.

Yo creo que el periodismo puede y debe luchar contra su propia desnaturalización.

Me podrás decir que está la cláusula de conciencia del periodista a no trabajar en un medio contrario a sus ideas pero, no me refiero al periodista en individual. Me refiero a la profesión del periodismo en general.

Si de la misma manera que la Constitución Española refleja el derecho del informador a no rebelar sus fuentes; si contempla su independencia profesional y su derecho a informar a la sociedad, también debería reflejar su derecho a no ser desnaturalizado; a tener un Órgano Colegiado (como el de la Real Academia Española, por ejemplo) que vele por que los medios no conviertan la información en un espectáculo, en un circo mediático.

Hoy algunos medios televisivos, son como los caballos desbocados en busca de la audiencia que justifique su existencia y si para su fin han de pisotear la ética y la deontología profesional, lo están haciendo y lo están haciendo con la absoluta complicidad del Gobierno (panis et circenses) y en perjuicio de la profesión que he elegido para mi futuro.

Esta es mi reflexión.